La piel de bebé es sumamente sensible, por lo que es básico proporcionarle unos cuidados específicos para que se mantenga siempre sana.
Queremos ofrecerte una serie de consejos para aplicar los cuidados del bebé diarios para que su piel se mantenga siempre en perfecto estado. ¡Sigue leyendo si quieres enterarte de todo!
La piel del bebé
Un bebé tiene una piel muy suave, tersa y elástica. Es el órgano más grande de su cuerpo, formado por una serie de células que, en conjunto, funcionan como una barrera de protección frente al exterior.
Es una parte del cuerpo del bebé que se renovará desde el principio hasta el final de sus días, un proceso que se llega a iniciar incluso antes del propio nacimiento.
Pero debemos tener en cuenta que la piel de un bebé es especialmente sensible, por lo que durante la primera infancia es muy habitual que aparezcan algunos signos atípicos: peladuras, enrojecimiento, escamas…. Algo que no tiene por qué alarmarnos, pero sí que podemos combatir utilizando una serie de cuidados en la higiene del bebé.
Consejos para mejorar los cuidados del bebé
Las cremas hidratantes en la higiene del bebé
Es muy importante que incorpores en la rutina diaria de higiene del bebé la aplicación de una crema hidratante especialmente formulada para ellos, incluso aunque no presente ningún tipo de alteración.
Pero, ¿cómo es una crema hidratante adecuada para un bebé? Lo más importante es que no tenga ningún tipo de perfume, ni tampoco ingredientes como petrolato o aceite mineral, ya que puede irritar la piel de los pequeños. Otras sustancias que tampoco debe tener son: ácidos alfahidróxidos o bloqueantes solares.
Es muy importante que, una vez escogida una crema para tu bebé, no la cambies. La piel de tu pequeño ya se habrá adaptado a la misma, por lo que cambiarla implica que el mecanismo inmunológico de tu pequeño tenga que volver a reconocer los nuevos ingredientes de la crema.
La exposición al sol
Es básico que la piel del bebé no se exponga directamente a la luz solar, ya que es sumamente sensible y puede quemarse con gran facilidad.
La exposición solar, en cualquier caso, no debería superar los 10 0 15 minutos, siempre protegiendo las zonas más sensibles del cuerpo con diversas barreras de protección: la ropa del bebé que deberá cubrir brazos y piernas, no salir cuando la incidencia del sol es más fuerte (mediodía) y utilizar protectores solares especiales para la piel del bebé. Eso sí, debemos tener en cuenta que un protector solar no puede sustituir a la ropa, sino cubrir las zonas expuestas como son la cara, las manos, etc.
La ropa de bebé
La piel de un bebé es muy fina y todavía no cuenta con los mecanismos de termorregulación apropiados, por lo que debemos vestir a nuestro pequeño con una capa más de ropa para mantenerlo a una correcta temperatura en todo momento.
Si hace mucho calor, puedes vestirlo con solo una capa de ropa, siempre comprobando la temperatura de su piel para ver que se encuentra cómodo.
Además, debemos prestar especial atención a la composición de la ropa, ya que algunos sintéticos contienen componentes que pueden resultar alérgenos para la piel del bebé. Recurre siempre al algodón y materiales naturales, es una garantía de seguridad.
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