Cambiar el pañal de tu pequeño es algo que debes hacer de manera constante, aunque los periodos varían en función del tiempo del bebé y de su desarrollo. Lo importante en este caso es que mantengamos una buena higiene del recién nacido, para evitar la proliferación de enfermedades.
La importancia de la higiene del bebé
La higiene del bebé debe ser muy rigurosa. Hay que tener en cuenta su delicada piel, mucho más que la nuestra, y los problemas que pueden suscitarse cuando esta se pone en contacto con la orina por mucho tiempo.
La orina es ácida y llega a ser muy irritante para la epidermis de los más pequeños. No solo puede producir escaldaduras, sino que, además, al proliferar las bacterias, podría causar infecciones en las vías urinarias, llegando a afectar los riñones.
¿Cada cuánto tiempo se cambia el pañal de los bebés?
Realmente no existe un número específico para cambiar los pañales al bebé. Pero una cosa sí es clara: cada vez que orinen o hagan caquita no debes tardarte en cambiarlo.
En el caso de que preveas salir, lleva siempre contigo un pañal de repuesto e intenta sacar a tu pequeño con un pañal limpio puesto; así que, no olvides de revisarlo antes de ir a la calle.
Un recién nacido tiene una micción entre ocho y diez veces al día. Esto lo puedes calcular con ayuda del pediatra observando las comidas diarias, que suelen darse de dos a tres horas durante los primeros meses. Aunque, seguramente, no encuentres cambios en esta dinámica durante su primer año de vida.
Es verdad que dispones en el mercado de pañales que aguantan más de una micción. Estos son aconsejables utilizarlos cuando salgas con él.
Verás que, conforme crece, las micciones son menos frecuentes pero más abundantes. El proceso será el mismo anteriormente descrito. Deberás cambiarlo cada vez que orine o defeque.
La salud del bebé y su orina
Ya sabes que un recién nacido necesita comer cada dos o tres horas al día. Aunque lo idóneo es que lo alimentes con leche materna, si en tu caso muestras dificultades, tienes la opción de darle el biberón. Cualquier forma de alimentación influirá en la orina y las heces de tu bebé.
¿Cómo influye la lactancia materna o el biberón en su orina y sus heces?
Desde que nace, tu bebé precisa de leche materna para ir generando defensas en su organismo. Como no todas las mamás tienen la oportunidad de amamantar a sus pequeños, el biberón es la alternativa, con el fin de proveerlos de los complementos necesarios que garanticen su perfecto desarrollo.
A medida que pasan los meses, y bajo consejo del pediatra, se puede intercalar la leche materna y el biberón. Independientemente de esto, ante la toma de alimento, el bebé requerirá de hacer pipí y caquita de manera inmediata.
Mientras más pequeño sea, con más frecuencia orinará y defecará. Por eso, es conveniente que le coloques un pañal tras la toma de leche. En función al número de comidas deberás tener un pañal de repuesto, ya que, sobre todo el primer año, te harás una idea de la cantidad de pañales que ensuciará.
Cambiar el pañal a tu bebé puede ser toda una odisea si no te mentalizas con antelación. Tan sencillo como contar las veces que come al día para que sepas el número aproximado de las veces que orinará.
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