Dejar de dar el pecho es una especie de fantasma al que, en algún momento, se enfrentan las madres que han optado por la leche materna para su hijo. En efecto, el destete aparece al final del túnel de la lactancia, como un cuco que despierta temores e inseguridades. ¿Cómo dejo de darle el pecho?, te preguntas. Aquí la respuesta.
Dejar de dar el pecho es una misión posible
En principio, no tienes por qué tener miedo a un proceso que se da de acuerdo con la maduración de cada niño y, justamente por ser natural (no se conocen casos de adolescentes que continúen tomando teta), no debería ser traumático.
Sin duda es un proceso que no debería llevarse a cabo intempestivamente, sino en etapas. Por ello, te compartimos algunas ideas que pueden serte de utilidad en caso de que decidas iniciar un destete gradual y respetuoso (con tu peque y contigo misma).
Cinco pasos hacia el destete exitoso
Podrás andarlos repetidamente o de uno en uno hasta el final. Cada destete es único, como tú y tu bebé. Procura hacer oídos sordos a comentarios de vecinas, suegras, cuñadas, madres y hermanas. Hazlo a tu modo y estilo manteniéndote enfocada en tu hijo y sus necesidades.
— Teta no, otros modos de contacto sí. Dar el pecho es más que proporcionar alimento a tu bebé. Es un modo de vincularse con él. Un mimo, un contacto piel con piel, una manera de fortalecer la relación que los une. ¿Qué significa? Que dejar de dar el pecho supone incorporar nuevas formas de afianzar ese lazo amoroso indestructible. Si tu peque te siente presente y cerca, juega mucho contigo, te percibe atenta a sus demandas y feliz, el pecho no será el único modo de sentirte su mamá. Lo extrañará al principio, por supuesto, pero no padecerá la falta. Justamente porque la ausencia de teta se suplirá con otras formas de amor.
— No niegues la teta, pero no se la ofrezcas. Todo lo prohibido se torna seductor, por ende, no le digas «no» cada vez que solicite mamar. Intenta borrar de tu vocabulario esa palabra (durante el proceso de destete y en la crianza en general). Ante el pedido de pecho, ofrece alternativas: mamadera de leche con cacao o una infusión, un juego nuevo o una salida al parque. Así podrás espaciar las tomas y hacerlas cada vez menos frecuentes.
— Pecho solo en momentos precisos. Limita las tomas. Mantén en pie solo las indispensables: para la siesta o la última hora del día.
— Motívalo a dar el paso. Tu hijo necesita ver el lado positivo al hecho de dejar de tomar el pecho que tanto le gusta. Elogia su madurez, sus logros y sus esfuerzos.
— Si tiene más de un año, explícale lo que ocurre. Pon en palabras lo que está aconteciendo: el destete. Puedes decirle que la teta está cansada, que él o ella ya es grande para mamar tanto o que la teta está malita y necesita dormir. Tú sabrás cómo hacerlo.
Ahora que sabes que dejar de dar el pecho no es el fin de nada, sino el principio de otra etapa… ¡A disfrutarla! En la película de la crianza de tu hijo, minuto que dejas pasar es minuto que no se recupera. Así es que a seguir gozando de la dicha de ser su mamá. A toda hora y a como dé lugar.