Si a tu bebé le gusta jugar con la comida, debes tener paciencia. Dale la oportunidad de que interactúe con los alimentos. Esa curiosidad por las nuevas texturas tiene su aspecto positivo. Cuando nuestro pequeño se ensucie de arriba a abajo, no debemos asustarnos ni enfadarnos con él, porque está aprendiendo algo nuevo.
Déjale jugar aunque tengas que limpiar decenas de baberos
Seguramente sientas que te da un infarto si tu hijo comienza a tirar la comida por todas partes y, en vez de comérsela, decide jugar con ella, aplastándola. Esto suele pasar en el momento de cambiarle la papilla por sus primeros alimentos sólidos. Antes que nada, debes saber que es una conducta normal.
Los pequeños, para reconocer todo el mundo que les rodea, necesitan tocarlo y, tras eso, suelen llevárselo a la boca. Los colores y las formas les van a llamar la atención, así que es el momento para que logremos que coman alimentos saludables, como verduras y frutas, que a muchos niños les gusta evitar.
Lo primero que puedes hacer, para no batallar con la limpieza, una vez que tu pequeño vaya a experimentar con la comida, es cubrir el suelo con papel de periódico. Es importante que no te muestres enfadada por el desorden que haga, ya que debe asociar la hora de la comida con un momento placentero, caso contrario, tendrás problemas para hacerle comer.
Es el momento de que le incites a comer saludablemente, creando caras o formas divertidas con los alimentos. Permítele que mezcle sabores imposibles y que los pruebe. Cada experiencia a esta corta edad te está indicando que va a tener interés por aprender rápidamente, incluso, posiblemente, diga sus primeras palabras antes que los demás niños.
No te preocupes si inicialmente no come bien o incluso no prueba alimento. Cuando tenga hambre comerá. Quizás, en mitad del experimento, se quede dormido. De nuevo, ten paciencia, cuando descanse, seguramente, probará bocado.
De la papilla a alimentos sólidos
Cuando le damos la papilla, el tiempo de cada comida puede no ser superior a 20 minutos. Pero al introducirle los sólidos, sin duda, el bebé va a necesitar mucho más tiempo, pudiendo requerir hasta de una hora.
Es el momento de añadirle nuevos alimentos. Ten en cuenta que habrá ciertas cosas que, desde el inicio, no le gusten. Intenta no forzarlo a que se lo coma. Siempre puedes, en una segunda ocasión, camuflarle la comida con otros ingredientes o hacérsela más divertida, optando por formas o cambiándole el color y un poco el sabor con la ayuda del tomate frito.
Si no acepta una determinada verdura, cámbiasela por otra. Es probable que lo que no haya querido en una ocasión, semanas después no lo rechace. Los más pequeños suelen ser muy cambiantes en sus gustos, por lo que, nuevamente, debes tener paciencia.
Por lo general, todo lo que se contempla en la famosa dieta mediterránea, es apto para los niños. Por eso, debes ir introduciendo lentamente verduras, legumbres, frutas, carne, pescado, arroz, etc.
En caso de que ciertas cosas no las acepte sólidas, podrás intercalarle papillas, hasta ir retirándoselas poco a poco. Verás cómo lentamente tu pequeño va reconociendo los platos e ingredientes que lo forman.
Jugar con la comida es un proceso natural en cualquier niño, sobre todo cuando se le comienzan a introducir sólidos en su dieta. Lo mejor es ser paciente y disfrutar viéndole aprender.