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Cuando vas a ser madre, una de las decisiones más importantes que tienes que tomar antes del alumbramiento es la alimentación del bebé en el primer año de vida. Diversas organizaciones nacionales e internacionales de primer nivel en el ámbito de la salud en general y la pediatría en particular recomiendan la lactancia materna como forma exclusiva de alimentación durante los seis primeros meses de vida. Y es que está demostrado que la lactancia materna contribuye al refuerzo del sistema inmunológico en estos primeros pasos de tu bebé, a la vez que favorece el vínculo entre madre e hijo.

Lo cierto es que, a pesar de tales recomendaciones, alimentar a tu hijo recién nacido con leche materna no siempre es posible. Ya sea por decisión propia, por cuestiones relacionadas con el ámbito laboral, por causas físicas o por un estilo de vida que imposibilite este tipo de alimentación, tendrás que recurrir a otras vías como la leche artificial o la alimentación mixta, sin que tengas que sentirte culpable por ello pues, con las leches infantiles comercializadas en la actualidad, las necesidades de tu bebé en lo que se refiere a los aspectos nutricionales quedarán completamente satisfechas.

Antes de tomar una decisión tan personal como la de la alimentación del bebé, tendrás que considerar los pros y contras de cada tipo de nutrición. Así es como podrás ver cuál de ellas se ajusta mejor a tus posibilidades.

La alimentación del bebé con lactancia materna

Además del vínculo que crea entre madre e hijo a través del amamantamiento, la alimentación del bebé con lactancia materna cuenta con una serie de beneficios, pues a través de este tipo de nutrición conseguirás un correcto desarrollo del sistema inmunológico de tu bebé, disminuyendo el riesgo de que pueda sufrir enfermedades como la meningitis o las habituales diarreas de los primeros meses de vida.

A continuación, te detallamos algunos de los beneficios más significativos que contempla la alimentación del bebé a través de la lactancia materna.

Aparato respiratorio

La leche materna también genera ventajas en el aparato respiratorio de tu bebé, por lo que los niños amamantados suelen padecer menos problemas de salud relacionados con obstrucciones o colapsos respiratorios.

Aparato digestivo

Al nacer, el aparato digestivo de tu bebé está todavía en un proceso de inmadurez. Debido a ello, la leche materna es la mejor alimentación, ya que se digiere con una mayor facilidad, tal y como necesitará tu hijo recién nacido.

Variedad de sabores procedentes de la alimentación

Si decides amamantar a tu bebé, es indispensable que sepas que necesitarás ingerir al día aproximadamente 500 calorías extra a tu dieta para poder generar la leche materna. A través de una alimentación sana y equilibrada, tu hijo podrá disfrutar de diferentes sabores, ya que el sabor de la leche varía en función de los alimentos que hayas ingerido antes de que tu organismo produzca la leche para tu bebé.

Disponibilidad y un menor coste económico

Esta es una de las mayores ventajas, ya que tu leche siempre estará a punto cuando tu bebé lo necesite según las tomas o simplemente cuando tenga hambre. De esta forma, la intendencia y la logística que se necesita frente a la opción de la leche artificial es mucho menor, con el consiguiente ahorro económico.

Rapidez para recuperar tu figura

Los vínculos de unión desarrollados a través del contacto directo no solo inciden en el aspecto psicológico para ganes seguridad en la crianza de tu bebé, sino que también puede ayudarte a recuperar tu figura tras el embarazo, ya que con el amamantamiento consumes calorías. Además, esta práctica también ayuda a que el útero se encoja con más rapidez, por lo que el resultado es vistoso en poco tiempo.

Inconvenientes de la lactancia materna

Pese a que la alimentación del bebé con lactancia materna es la práctica natural recomendada por los especialistas, tampoco está exenta de varios inconvenientes que debes tener en cuenta antes de tomar la decisión para alimentar a tu bebé durante los primeros meses de vida.

Incomodidad y dolor

Como en muchos aspectos de la vida, asumir una nueva práctica siempre acarrea un aprendizaje que se desarrolla con la experiencia. Por eso es normal que en las primeras tomas puedas sentir cierta incomodidad e incluso dolor. No obstante, salvo excepción, podrás superar esta fase de la maternidad con apoyo y práctica. Ten en cuenta que el amamantamiento tiene que ser un acto de complicidad y disfrute entre madre e hijo, no algo que despierte desasosiego ni en ti ni en tu bebé.

Alimentación rigurosa durante la lactancia

Al igual que durante los meses de embarazo, tendrás que cuidar tu alimentación, ya que lo que comas y lo que bebas podrá ser transmitido a tu bebé por mediación de la leche materna. Por ello este motivo, debes acudir a tu especialista para que te dé las pautas de alimentación adecuadas.

Asesoramiento médico

Antes de dar el pecho a tu bebé, tendrás que contrastar con un especialista que no padeces ningún trastorno médico ni enfermedad infecciosa, ya que podría repercutir en la salud de tu hijo. Se trata de un apartado muy a tener en cuenta en la toma de decisiones, pues con riesgo de transmisión de enfermedades nunca se recomendará recurrir a la lactancia materna como protocolo de seguridad.

La alimentación del bebé con lactancia artificial

A sabiendas de que la lactancia materna es la práctica recomendada por todas las organizaciones sanitarias, la leche artificial aparece como la mejor opción una vez hayas desestimado, por un motivo u otro, dar el pecho a tu bebé.

La leche artificial, esterilizada para favorecer una correcta digestión para tu bebé, contiene nutrientes que emulan a la leche natural de la madre, aunque nunca llegan a igualarla. Incluso, este tipo de alimentación con leche artificial contiene algunas vitaminas que los bebés amamantados han de consumir mediante suplementos alimenticios.

Comodidad

Sin bien con la leche materna solo tú puedes amamantar a tu bebé, en el caso de una alimentación con leche artificial se gana en comodidad, al ser cualquier otra persona del entorno cercano la que pueda disfrutar la experiencia de alimentar al nuevo miembro de la familia.

Ausencias prolongadas

Al hilo del punto anterior, si por causas laborales o estilos de vida estás obligada a permanecer varias horas consecutivas lejos del cuidado de tu bebé, podrás delegar sus cuidados en tu pareja o en un cuidador profesional sin poner en riesgo la correcta alimentación de tu hijo.

No obstante, la alimentación del bebé con leche artificial también puede generar algunos inconvenientes que tendrás que tener en cuenta.

Logística

El principal hándicap al que has de enfrentarte si decides alimentar a tu hijo con leche artificial es el de la logística. Si bien la leche materna siempre está a punto cuando así lo requiere la ocasión, en el caso de la leche artificial siempre tendrás que tener una remesa suficiente como para no quedarte sin ella.

Además, debes prestar especial atención a otros factores, como es el caso de la esterilización de los biberones para preservar la salud de tu hijo.

Ausencia de anticuerpos naturales

A pesar de que en los últimos años han evolucionado mucho para intentar emular las bondades de la leche materna, la leche artificial que se comercializa carece de los anticuerpos naturales que sí contiene la materna. Por ello, el bebé no contará con un alto desarrollo inmunológico, brindando así una protección menor frente a algunas infecciones y enfermedades. Algo que puede desembocar en más visitas al hospital que en el caso de un niño alimentado exclusivamente con leche materna.

Coste económico

Tienes que ser consciente de que alimentar a tu bebé con leche artificial supondrá un coste económico que puede variar en función de las marcas y tipologías, por lo que siempre hay que contar con un margen de maniobra suficiente como para no poner en riesgo la buena alimentación de tu bebé.

La alimentación del bebé mixta

Otra opción que puedes contemplar es la de la alimentación mixta. Es decir, combinar a intervalos la lactancia materna con la nutrición a través de la leche artificial.

Si estás decidida a mantener el vínculo con tu bebé a través del amamantamiento pero no dispones de la suficiente disponibilidad para cumplir con todas las tomas necesarias, esta opción te puede resultar interesante.

Sin llegar a alcanzar todos los beneficios de la lactancia materna exclusiva, el sistema inmunológico de tu bebé estará más fortalecido que con una alimentación artificial. Además, la alimentación mixta otorga, gracias a la leche artificial, algunas vitaminas con las que no cuenta la leche materna.

También has de tener en cuenta que generalmente será alrededor de los 6 meses cuando tu bebé podrá comenzar a ingerir alimentos sólidos. No te preocupes, ya que él mismo se encargará de dar las señales suficientes como para indicar que ya está preparado para dar otro paso en su crecimiento.

 

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